02 septiembre 2012

AKIRA KUROSAWA - LOS BAJOS FONDOS

Casi toda la acción trascurre en un espacio cerrado y sin ninguna decoración, un rectángulo con literas y esteras en el suelo, como eran en Japón las pensiones y en los tiempos en que se sitúa dicha acción. De vez en cuando la acción se desarrolla en el exterior pero aun en ese caso el espació es un callejón. Solo un maestro del cine podía superar ese espacio, elemento importante en el ritmo de una película, colocando las cámaras en los puntos adecuados y moviéndolas, o moviendo a los actores, de forma que la pantalla siempre esté llena y con sentido. El mayor logro es haber construido en los estudios un decorado con vigas muy destacadas en la horizontal, vertical o inclinadas y hacer que estas encuadren y remarquen las expresiones de los personajes. Si van a ver la película por primera vez les aconsejo que tengan muy en cuenta este elemento. Por otra parte es una obra de repertorio, con muchos personajes, todos con casi igual peso en la historia, y unos diálogos continuados y densos como corresponde a la obra de teatro de Máximo Gorki, a partir de la cual está construido el guión. Esto puede hacer que el espectador se pierda en la continuidad de la obra y para mi que es necesario conocer bien la obra de teatro o ver la película varias veces.

3 comentarios:

FATHER_CAPRIO dijo...

Me parece increíble la constancia que tienes en un tema. LA verdad es que Kurosawa es interesantísimo pero no se, yo necesitaría un respiro de vez en cuando. Y máxime en películas como esta que por lo que cuentas, es fácil que acaben resultando claustrofóbicas.
Un abrazo.

Pepe del Montgó dijo...

Tu empeño en Kurosawa es loable. Por suerte siempre quedará en la red este ciclo para cuando vaya viendo las películas de este director.

Lewt dijo...

Antes de que pusieras la siguiente me ha dado tiempo a ver esta y la verdad es que me ha decepcionado un poco. Aún así he disfrutado con el decorado siguiendo tus indicaciones que seguramente me hubira pasado desapercibido. ¿Para cuando la siguiente La fotaleza escondida?