24 abril 2012

AKIRA KUROSAWA - EL ÁNGEL BORRACHO

Como mi vocación no es la de crítico cinematográfico y mi única intención es dar mi opinión por si sirve de orientación a alguien, en este caso me parece mucho mejor incluir aquí una crítica que apareció en la revista “Variety” y firmada por Anby en 1960, cuando se estrenó en Estados Unidos, doce años después de su realización:

“En técnica y estilo, la película puede parecer ser heredera de los grandes films neorrealistas que surgieron de la Italia de posguerra. La aguda visión de la cámara deleita atrapando detalles de la pobreza, del calor opresivo y de la enfermedad acechante, pero los detalles están cuidadosamente escogidos e integrados para contribuir al único argumento general, que es la nobleza humana en un mundo caótico y amoral… La película está hermosamente interpretada por Tshiro Mifune y Takashi Shimura en una serie de impactantes escenas que delinean vívidamente un medio que habría estado olvidado de Dios si no fuera por el noble doctor.”

14 abril 2012

EL PRINCIPE ESTUDIANTE - Ernst Lubitsch



Voy a hacer una pausa en el ciclo de Kurosawa porque no solo de pan vive el hombre y me ido a buscar las palabras adecuadas que sobre cine se han pronunciado. Y siguiendo las recomendaciones de mi director espiritual Father Caprio, perdón quise decir cinematográfico, me he visto “El príncipe estudiante” de Ernst Lubitsch. Un buen creyente cinéfilo tiene que tener su Biblia cinematográfica y en el Genesis tendrá para reflexión y ayuda vital esta película. Como el cine es un arte eminentemente visual para gozo y/o reflexión del espectador pues aquí tenemos los mejores versículos, en especial los que hacen referencia al placer de vivir. Desde que empieza la película nos encontramos un gag tras otro perfectamente enlazados para que el estado anímico del creyente/espectador se venga cada vez más arriba. Sinceramente, después de la reacción del joven príncipe ante los cañonazos pensé que ya no me iba a reír más, pero tropezón, juego con criados y etc., etc. uno va disfrutando de la vida en cine. Si vais a ver la película os recomiendo que antes penséis en La Gioconda de Leonardo da Vinci en la que no es la belleza femenina lo que se juzga sino el arte con que ha sido pintada, o en El Beso de Rodin donde lo magnífico es el arte con que ha sido esculpido ese beso romántico. Aquí hay que juzgar también el arte con que ha sido realizada esa historia de amor romántico y yo le pongo un 10 y la declaro para mi OBRA MAESTRA.

11 abril 2012

AKIRA KUROSAWA - UN DOMINGO MARAVILLOSO


Es una hermosa historia de amor, muy simple, pero preciosa historia de amor. Y es que las historias de amor siempre funcionan en el cine, y máxime si quién dirige la película es Kurosawa. Uno tiene tendencia a pensar en el Kurosawa de las epopeyas, de los grandes dramas shakesperianos, y encontrarme con estas primeras películas del director es todo un hallazgo. En esta película, Kurosawa ya se encuentra libre de la presión política de los tiempos de guerra y elige un guión que para nada utiliza la propaganda a la que se ha visto obligado antes.

El guión nos narra la historia de una pareja de enamorados que pasan el domingo juntos pero con muy poco dinero. En el transcurrir del día iremos viendo la situación real de un Japón vencido y en estado de pobreza por los gastos producidos en la guerra. Los jóvenes serán los que sufran especialmente los efectos y así veremos su imposibilidad de comprar una casa, ni siquiera de alquilar una habitación de seis metros que les costará el sueldo de uno de ellos. La comida, el café, los espectáculos están caros y cuando no lo están aparecen los especuladores, los engaños y los abusos por sacar dinero. Hasta el tiempo, la lluvia, parece ponerse en contra de sus sueños. Se desesperan, se animan, una y otra vez durante todo el domingo, hasta el final. Un final en el que Kurosawa se permite su experimentación haciendo que la protagonista se dirija a la cámara, a los espectadores, pidiéndoles que les apoyen en sus sueños. Precisamente esta escena fue comprendida por los espectadores europeos, los franceses en particular, que aplaudieron, no así los japoneses y los americanos. Hasta en el último momento Kurosawa se permite un toque de humor perfecto con la escena de la colilla.