
Yo no había visto antes esta película y he quedado asombrado de las magníficas imágenes que contiene ¡Cómo encuadra Kurosawa los paisajes, los decorados y los personajes! Puro arte, y si además los movimientos de cámara o de los actores son para quedar boquiabierto, pues eso, obra de arte habemus. No me extraña que George Lucas se inspirara en esta película para hacer “La guerra de las galaxias” según reconoció el mismo Lucas. El guión es, en cuanto al tema, muy simple, pero tan bien estructurado que Kurosawa, autor del guión, parece que no tiene más que seguir lo que ha escrito y dirigir a los actores, cuyos papeles están al límite de la comedia bufa, pero llenos de ternura. La idea de contraponer los intereses materiales de los dos pueblerinos, magníficamente interpretados, a los altos ideales del general, Toshiro Mifune, que custodia a la princesa, en un auténtico ambiente de aventuras, consigue su punto cómico perfecto para el entretenimiento, que a la postre era lo que pretendía Kurosawa después de tantos temas fuertes en sus películas anteriores. Según cuenta Kurosawa, escribió el guión planteando cada mañana una situación en la que la princesa y el general no tuvieran escapatoria y otros tres coguionista, con él, se encargaban de buscar la salida en cada situación. Verdaderamente ese método surte todo el efecto para una película de aventuras. Tiene mucho, muchísimo, de western; no en vano la productora pedía películas que pudieran competir con todas las películas procedentes de Estados Unidos y hasta se permite el lujo de meter en una escena un galope en el que una chica, que la princesa ha salvado, es levantada del suelo por Mifune y subida a la grupa de su caballo. Sinceramente, si no conocéis esta película y os gusta el cine, no os arrepentiréis de verla.

