16 julio 2012

AKIRA KUROSAWA - CRÓNICA DE UN SER VIVO

Hoy en día, a pesar de las amenazas provenientes de las centrales nucleares, parece que hemos olvidado la situación que se creó poco después de la II Guerra Mundial como consecuencia de la "guerra fría" que extendió un gran miedo al holocausto nuclear. En unos instantes, si a alguien se le hubiera ocurrido apretar un botón, el mundo se hubiera acabado. En Japón, después del bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, y en guerra con Corea, ese miedo era mucho mayor, era auténtico terror generalizado. Esto es lo que le ocurre al protagonista de esta película que además tiene que enfrentarse a la incomprensión de sus hijos que intentan declararle mentalmente trastornado para que no venda la fábrica. Intervienen bastantes personajes secundarios, quizás demasiados, pero a diferencia de “Los 7 samuráis”, no están tan bien definidos y esto posiblemente haga que el espectador pierda interés.
Sin embargo llama mucho la atención la interpretación de Toshiro Mifune en el papel del padre, aparentando unos 60 años cuando en realidad tenía treinta y cinco, y a ello ayuda la utilización de unas gafas de cristales gruesos que ocultan la juventud de su mirada. La amenaza nuclear y la angustia que puede producir están perfectamente representadas por un tremendo calor que los personajes manifiestan limpiándose continuamente el sudor y abriendo y cerrando abanicos con movimientos muy efectistas. La película no me ha llegado a entusiasmar, influenciado, sin duda, por la reciente visión de sus tres anteriores obras maestras.

1 comentario:

FATHER_CAPRIO dijo...

A mi estas películas me dan que pensar. Creo que eso es lo que pretende Kurosawa, que seamos por encima de todo seres humanos y que no pasemos por la vida como vegetales. Realmente, estas situaciones donde todos tus esquemas se fracturan (y ahora estamos viviendo los españoles una de ellas) exigen una fortaleza psicológica que normalmente no se tiene ni se está preparado para ella, y eso genera angustias y ansiedades. El mundo puede venirse abajo por un botón que se pulsa o por una crisis que se nos hace pagar sin motivo. Es duro y no todo el mundo tiene la fuerza para resistir.

Un abrazo y siempre es un placer tener ese punto de confianza contigo.