
Voy a hacer una pausa en el ciclo de Kurosawa porque no solo de pan vive el hombre y me ido a buscar las palabras adecuadas que sobre cine se han pronunciado. Y siguiendo las recomendaciones de mi director espiritual
Father Caprio, perdón quise decir cinematográfico, me he visto “El príncipe estudiante” de Ernst Lubitsch. Un buen creyente cinéfilo tiene que tener su Biblia cinematográfica y en el Genesis tendrá para reflexión y ayuda vital esta película. Como el cine es un arte eminentemente visual para gozo y/o reflexión del espectador pues aquí tenemos los mejores versículos, en especial los que hacen referencia al placer de vivir. Desde que empieza la película nos encontramos un gag tras otro perfectamente enlazados para que el estado anímico del creyente/espectador se venga cada vez más arriba. Sinceramente, después de la reacción del joven príncipe ante los cañonazos pensé que ya no me iba a reír más, pero tropezón, juego con criados y etc., etc. uno va disfrutando de la vida en cine. Si vais a ver la película os recomiendo que antes penséis en La Gioconda de Leonardo da Vinci en la que no es la belleza femenina lo que se juzga sino el arte con que ha sido pintada, o en El Beso de Rodin donde lo magnífico es el arte con que ha sido esculpido ese beso romántico. Aquí hay que juzgar también el arte con que ha sido realizada esa historia de amor romántico y yo le pongo un 10 y la declaro para mi OBRA MAESTRA.