Parece mentira como siendo la primera película de Akira Kurosawa puede ser una obra tan madura en su reflexión y tan bien realizada cinematográficamente. Es cierto que antes de dirigir esta película, Kurosawa fue ayudante de dirección entre otros de Kajiro Yamamoto, y que había ganado varios premios como guionista. Todavía no se había producido la controversia entre cine de prosa y cine de poesía y este director, en su primer trabajo hace una perfecta conjunción de esas dos formas de cine. Como el gran artista que se confirmará más tarde, Kurosawa es capaz de narrar una pelea de judo con todo lo que este deporte tiene para los aficionados es capaz de narrar el encuentro del protagonista con la muchacha de la que se enamora con sucesión de planos en una escalera. Si a través de toda la película vamos viendo el cambio que sufre el protagonista de ser un fuerte pero alocado aprendiz de judo, como vemos en las imágenes de la fiesta del pueblo, a ser un maestro del judo con altísima sensibilidad por el sentir humano como vemos en los planos antes y durante la pelea con el padre de la chica a la que quiere. Pero técnicamente la película nos ofrece elementos muy considerables, destacando para mi el paso del tiempo en unos zuecos que son abandonados por el protagonista cuando se hace alumno de judo y como esos zuecos van sufriendo diversos avatares por las calles, el río, etc. Y hay un punto crucial en la película, la fuerza no es lo importante, sino lo importante es la naturaleza que te da la fuerza, y esto lo expresa Kurosawa utilizando una flor blanca que se abre ante el protagonista. Hay un plano del malo en el que tira las cenizas de su cigarrillo sobre los pétalos blancos de una flor y esa flor la volveremos a ver cuando Sanshiro se enfrente al malo y esto para mi es una perfecta demostración del cine poesía que tanto defenderá más tarde Pasolini. Curiosamente la película tuvo problemas con la censura básicamente por dos razones: el malo no podía ser japonés y por ello lo viste al estilo accidental y las escenas de los enamorados eran demasiado atrevidas para la cultura japonesa y tuvieron que ser cortadas en parte.
10 febrero 2012
AKIRA KUROSAWA - LA LEYENDA DEL GRAN JUDO
Parece mentira como siendo la primera película de Akira Kurosawa puede ser una obra tan madura en su reflexión y tan bien realizada cinematográficamente. Es cierto que antes de dirigir esta película, Kurosawa fue ayudante de dirección entre otros de Kajiro Yamamoto, y que había ganado varios premios como guionista. Todavía no se había producido la controversia entre cine de prosa y cine de poesía y este director, en su primer trabajo hace una perfecta conjunción de esas dos formas de cine. Como el gran artista que se confirmará más tarde, Kurosawa es capaz de narrar una pelea de judo con todo lo que este deporte tiene para los aficionados es capaz de narrar el encuentro del protagonista con la muchacha de la que se enamora con sucesión de planos en una escalera. Si a través de toda la película vamos viendo el cambio que sufre el protagonista de ser un fuerte pero alocado aprendiz de judo, como vemos en las imágenes de la fiesta del pueblo, a ser un maestro del judo con altísima sensibilidad por el sentir humano como vemos en los planos antes y durante la pelea con el padre de la chica a la que quiere. Pero técnicamente la película nos ofrece elementos muy considerables, destacando para mi el paso del tiempo en unos zuecos que son abandonados por el protagonista cuando se hace alumno de judo y como esos zuecos van sufriendo diversos avatares por las calles, el río, etc. Y hay un punto crucial en la película, la fuerza no es lo importante, sino lo importante es la naturaleza que te da la fuerza, y esto lo expresa Kurosawa utilizando una flor blanca que se abre ante el protagonista. Hay un plano del malo en el que tira las cenizas de su cigarrillo sobre los pétalos blancos de una flor y esa flor la volveremos a ver cuando Sanshiro se enfrente al malo y esto para mi es una perfecta demostración del cine poesía que tanto defenderá más tarde Pasolini. Curiosamente la película tuvo problemas con la censura básicamente por dos razones: el malo no podía ser japonés y por ello lo viste al estilo accidental y las escenas de los enamorados eran demasiado atrevidas para la cultura japonesa y tuvieron que ser cortadas en parte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Me considero un amante del cine de Kurosawa, pero esta no la he visto. Trataré de enmendar el asunto.
Siempre es un gustazo visitar tu blog.
UN ABRAZO.
Publicar un comentario