DIRECTOR: Alan Parker
GUIÓN: Alan Paker
MÚSICA: Randy Edelman
FOTOGRAFÍA: Michael Seresin
GUIÓN: Alan Paker
MÚSICA: Randy Edelman
FOTOGRAFÍA: Michael Seresin
REPARTO: Dennis Quaid, Tamlyn Tomita, Sab Shimono, Shizuko Hoshi, Stan Egi, Ronald Yamamoto
USA, 1990, 133 min.
SINOPSIS: Un americano de origen irlandés y sindicalista se enamora de una americana hija de emigrantes japoneses. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial toda la familia sufrirá las consecuencias de sus orígenes étnicos en un campo de concentración en los Estados Unidos.
SINOPSIS: Un americano de origen irlandés y sindicalista se enamora de una americana hija de emigrantes japoneses. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial toda la familia sufrirá las consecuencias de sus orígenes étnicos en un campo de concentración en los Estados Unidos.
OPINIÓN: Los americanos inundaron el mundo de películas antijaponesas después de la Segunda Guerra Mundial y, más tarde, cuando ya se permiten ser críticos con su propio país, muy pocas veces tocaron el tema de los japoneses residentes en Estados Unidos durante y después del ataque de Pearl Harbour. En esta ocasión Alan Parker prepara un guión sobre el tema y lo dirige con abundancia de medios. Pero si bien a muchos espectadores les llamara la atención la existencia de campos de concentración en Estados Unidos para recluir a los japoneses y a los hijos de estos que nacidos en los Estados Unidos son americanos también, Alan Parker se perderá en una historia de amor demasiado melodramática entre un americano sindicalista y una hija de japoneses nacida en los Estados Unidos de tal forma que al espectador le parecerá que solo lo está pasando mal esta familia, donde el problema parece que se sobrelleva y encima, según el guionista, por ese buen carácter de los japoneses. Las caras orientales suelen dar bien en pantalla y especialmente las chicas jóvenes y los niños, pero aquí será la madre japonesa que en un papel secundario se lleva gran parte del interés. En resumen, película para ver y despertar al tema del sufrimiento de los japoneses en Estados Unidos, pero casi seguro que el espectador será arrastrado a la historia de amor.
3 comentarios:
Bueno independientemente del tema que toque a mi el sentimentalismo del señor Parker, nunca me ha gustado (quizás sólo se salve Arde Mississippi). Me parece un director muy maniqueo y facilón. Lo siento, no es santo de mi devoción...
Es un buen tema para remover la conciencia imperial norteamericana, aunque si, como dices, se pierde en la historia de amor, el contexto apenas aportará a la película.
Es curioso que hables de esta película en este momento cuando las fotografías de Dorothea Lange han sido rescatadas para criticar la actuación estadounidense con los japoneses
No me acordaba de esta película que tiene una ambientación histórica similar a Mientras nieva sobre los cedros. Ambas rescatan esa hoy vergonzosa actuación de Estados Unidos para con sus ciudadanos de origen japonés. Tengo que volver a verla.
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