
DIRECTOR: Lars von Trier
GUIÓN: Lars von Trier, Anders Thomas Jensen
MÚSICA: No tiene
FOTOGRAFÍA: Anthony Dod Mantle
REPARTO: Willem Dafoe, Charlotte Gainsbourg
DINAMARCA, 2009, 104 min.
SINOPSIS: Un terapeuta quiere ayudar a su mujer a superar la muerte de su hijo y se trasladan a una cabaña, en medio de la naturaleza, donde ella paso el último verano con su hijo. Los acontecimientos y la naturaleza dificultarán la relación entre la pareja.
OPINIÓN: Empezaré por decir que el quiera ir a verla que vaya bajo su responsabilidad y si es un amante del CINE (con mayúsculas), ahora y en este momento, es imprescindible verla. Lo que opinen los críticos del futuro y si entrará o no en las listas de las 100 mejores películas dentro de 50 años a mi me tiene sin cuidado. Para que me sigan: a la media hora un vecino de butaca se levantó y se fue, no puedo saber cual era su motivo, y una pareja de mayores que tenía delante, se pasaron la película emitiendo expresiones cortas pero aguantaron. Creo que lo más impactante, a lo mejor no tanto por lo que se ha escrito, está al principio de la película y por eso es impactante, por estar al principio, en primer plano y en cámara lenta (ya saben lo que se ha escrito sobre el sexo explícito), pero yo me refiero a la muerte del niño. Es el prólogo de la película, y a partir de ahí se desarrolla un guión soberbio, duro, es cierto, pero digno de ser estudiado en una escuela de cine. Lars Von Traier nos contará ese guión con las imágenes que el considera adecuadas, como Goya pudo hacer con los horrores de la guerra o Picasso con lo ocurrido en Guernica. Yo he visto mucha más sangre innecesaria y más violencia gratuita en un montón de películas que me hicieron bajar la vista, cosa que aquí no me ha ocurrido. Quizás porque el director no te quiere engañar y te va preparando en los planos anteriores. Y todo el peso de la película (¿se dice así, verdad?) lo llevan sólo dos actores, dos magníficos actores que en un acto de profesionalidad absoluta le han dejado al director que haga con ellos lo que crea conveniente. Le han entregado su cuerpo, físico, totalmente, para que el director pueda mostrar toda su naturaleza humana al espectador. Y hablando de naturaleza, sería la tercera protagonista con los más significativos procesos naturales: viento, lluvia, granizo, etc.; y con procesos muy determinados, pero significativos, como la caída de las bellotas de los robles. En definitiva, algo más de hora y media que te mantiene activo el cuerpo (¿?), la vista y el oído, y lo que es más importante, el cerebro.