Como mi vocación no es la de crítico cinematográfico y mi única intención es dar mi opinión por si sirve de orientación a alguien, en este caso me parece mucho mejor incluir aquí una crítica que apareció en la revista “Variety” y firmada por Anby en 1960, cuando se estrenó en Estados Unidos, doce años después de su realización:
“En técnica y estilo, la película puede parecer ser heredera de los grandes films neorrealistas que surgieron de la Italia de posguerra. La aguda visión de la cámara deleita atrapando detalles de la pobreza, del calor opresivo y de la enfermedad acechante, pero los detalles están cuidadosamente escogidos e integrados para contribuir al único argumento general, que es la nobleza humana en un mundo caótico y amoral… La película está hermosamente interpretada por Tshiro Mifune y Takashi Shimura en una serie de impactantes escenas que delinean vívidamente un medio que habría estado olvidado de Dios si no fuera por el noble doctor.”